El cuarto y último día en Roma, fuimos al monumento que mas ganas tenía de ver mi fotógrafo oficial, el Coliseo de Roma, después de esperar un buen rato para comprar las entradas y la verdad es que es mejor que hablen las fotos antes que yo así que os las enseño a la de ya.

Este día fue el único así que nos hizo un poco de malo, es decir, que intento llover un poco pero al final nanai de la China.
Otro monumento o mejor dicho alcantarilla, que tenía muchas ganas de ver era La Boca de la Verdad.

Y para terminar vimos el Arco de Constantino y el Circo Máximo.
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Después de terminar de ver todos estos monumentos volvimos al hotel para descansar un poco y salir a cenar a un restaurante que tenía tres generaciones en la cocina, con esto me refiero a que estaba el abuelo, el hijo y el nieto, es decir un restaurante familiar, de esos a los que van los italianos y solo una mesa española que es lo que nos paso a nosotros…y nuestra primera idea era ir al Trastevere pero tenía tan buena pinta que no pudimos decir que no.
Todos los platos que pedimos fue para compartir.
En primer lugar lo que pedimos fue una especie de croquetas rellenas de arroz y de queso, que se llama Arancini di riso

Otro de los platos que pedimos fue un rissotto que cada grano de arroz estaba perfectamente cocinado y mezclado con el queso.

También pedimos para compartir una pizza de cuatro quesos.

Y de postre nos pedimos tiramissu y un canolo. Absolutamente toda la comida de esta cena era casera no había ningún plato pre-cocinado.
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Hasta aquí mi último post sobre mi/nuestro viaje a Roma.
Os ha gustado este tipo de post? Cuál es vuestro día favorito.
Os leo.
Un beso.
Ana